Tratamiento en Libertad de los Alienados
IV Congreso Médico Latino Americano
Rio de Janeiro, 1° á 8 de agosto de 1909
Conferencia dada el 7 de agosto
por el Profesor Domingo Cabred
Presidente de la Delegación Argentina
Buenos Aires, tipiado y encuadernado del Hospicio de las Mercedes 1910.
I
"Antes de empezar esta conferencia, que me ha sido pedida por mi sabio y distinguido amigo, el Doctor Azevedo Soldré, debo manifestar mi profundo agradecimiento al Exmo. Señor presidente de la Republica y al Exmo. Señor ministro de Justicia y del Interior, por haberse dignado a concurrir a ella, dándole realce e importancia, y honrando, a la vez, a la Republica Argentina en la persona de uno de sus delegados a este Congreso. Y ya que es un alienista el que sido objeto de tan señalada distinción, se me ha de permitir que diserte sobre uno de los puntos de psiquiatría que más interés ha despertado en estos últimos tiempos, y que está á la orden del día: el tratamiento en libertad de los alienados.
No voy a trazar la historia de las vicisitudes dolorosas por qué ha pasado la asistencia de estos enfermos, aún en los países más civilizados del mundo, porque es muy conocida; y sí, solamente, deseo exponer la razon de ser, la manera cómo se lleva a cabo y los resultados de este nuevo tratamiento.
Lo haré, lo más brevemente posible, a fin de no abusar de la benévola atención que se me dispensa.
Es un hecho de observación, comprobado, diariamente, en la vida de los
asilos de alienados, que una gran parte de estas conservan el sentimiento de
libertad, y que no ser resignan a perderla, protestando contra el encierro a
que se creen injustamente condenados. Muchos se entristecen, y entrando en la vía,
ya preparada, de las interpretaciones falsas, atribuyen a sus deudos, a sus
amigos, a las autoridades, y a los médicos de los asilos, el deseo de perjudicarlos.
Otros, sin abrigar esas convicciones, caen, simplemente, en una tristeza, ocasionada
por la separación de la familia y por el nuevo medio que entran a vivir.
El tratamiento instituido en ellos, no es, por lo tanto, el indicado para
la mayor parte de los insanos, pues tales establecimientos, solo disponen de
reducido espacio, están rodeados de altas murallas, que les dan un aspecto triste,
carcelario, y no es posible ocupar gran numero de enfermos en las saludables
tareas al aire libre. Por todo eso, Marandon de Montyel los llama fábricas de crónicos
y Maudsley cementerios de la razón alterada.
II
El tratamiento en libertad está destinado a obviar esos inconvenientes, y se efectúa en establecimientos situados en la campaña o colocando a determinada clase de enfermo, como pupilos, en el seno de familias trabajadoras, que viven también en el campo.
Los asilos de esta clase cuentan con una gran atención de terreno, y los
edificios de que se componen tienen, en su aspecto exterior, y aun en la disposición
interior, los caracteres de casas de familia.
Son chalets o villas sencillas, elegantes y cómodas, sin rejas y muros que
las aíslen, rodeadas de jardines que les dan un aspecto aún más pintoresco.
También los pabellones destinados al tratamiento de las formas agudas de la
locura tienen la arquitectura de chalet, porque la clinoterapía en esos casos,
evita la construcción de las sombrías secciones celulares y permite conservar
el mismo agradable aspecto a todos los edificios. Estos chalets, determinados
en una vasta extensión, dan, en su conjunto, la impresión de un pequeño pueblo,
y no la de un hospital de alienados. Los pabellones tienen las puertas
abiertas, durante el día, de suerte que los enfermos pueden entrar y salir sin
dificultad alguna. Tampoco hay muros que circunden los establecimientos y que
oculten el horizonte. Por eso los escoceses han designado, muy acertadamente,
este sistema con el nombre de open door.
El genero de vida que llevan la mayor parte de los moradores de estos asilos,
se parece mucho también, al de los habitantes de una aldea de campesinos
trabajadores. En efecto, el trabajo, en sus múltiples formas, constituye la
principal ocupación de los enfermos, y la base del tratamiento moral a que están
sometidos. Las faenas al aire libre ocupan al mayor numero de ellos, porque son
las mas favorables para la salud del cuerpo y el espíritu. La agricultura, la
horticultura, la fruticultura, la jardinería, los trabajos de lechería, de la cría
de aves, de cerdos, de albañilería, etc. Son los preferidos. Tampoco se
descuida el trabajo de los talleres, porque asi se utiliza la habilidad de
muchos artesanos en los mas variados oficios. Es muy merecido, pues, el nombre
de asilos colonias que se da a estos establecimientos.
Persiguiendo siempre el propósito de influir, lo mas favorablemente
posible, es el espíritu de estos enfermos, se les proporciona todo genero de
entretenimientos. La música, el teatro, el cinematógrafo, los juegos de salón y
al aire libre, los paseos, los picnics, etc. Constituyen otros tantos elementos
de la medicación moral. Disfrutan, también los alienados, de un gran bienestar material,
en lo que se refiere a la alimentación, vestidos, y confortable de sus viviendas,
contribuyendo, todo ello, a hacerles agradable su permanencia que, en muchos
casos, se prolonga todo el tiempo.
Fuera de la gran libertad que gozan los enfermos en el interior de los mismos
asilos, se les conceden, aún, otras franquicias, como, por ejemplo, la llamada
libertad bajo palabra, Liberty on parole, que consiste en permitir, a
los alienados, que salgan solos, de los establecimientos, a visitar a sus parientes
o amigos, con el compromiso de regresar, dentro del plazo que se les ha
otorgado. Esta practica no ofrece inconvenientes, pues los enfermos cumplen con
la palabra empeñada, haciendo honor a la confianza depositada en ellos.
Escocia, Alemania, Inglaterra, Holanda, Rusia, Francia, Estados Unidos de
Norte América, poseen establecimientos de este género, siendo la segunda de
estas naciones la fundado los mejores modelos.
En América del Sud, también existen en el Brasil y en la Argentina. La Colonia
de Yuquery, en San Paulo, las dos de Luján y la de Oliva, en la Republica
Argentina, demuestran el camino hecho por el nuevo sistema de asistencia. Los planos
generales de esos establecimientos, que tengo el honor de presentaros, dan una
idea del sistema y de la magnitud de tales institutos.
La otra forma de tratamiento en libertad, o sea la que se lleva a cabo en
el seno de familias agricultoras, se estableció hace muchos siglos en Bélgica,
en la celebre Colonia de Gheel, y parecía constituir un monopolio de los habitantes
de la aldea de ese nombre; pero no ha sido así, pues de ha instituido, también últimamente,
con excelentes resultados, en Escocia, Alemania y Francia. En el Brasil, en la
provincia de Sao Paulo, ha comenzado, igualmente, a practicarse, merced a la
iniciativa del sabio alienista Franco da Rocha. Pero el tratamiento familiar,
es solamente aplicable en casos crónicos, en tanto que, en los asilos de
puertas abiertas, se asisten todas las formas mentales, cualquiera fueran sus
periodos.
III
Del punto de vista terapéutico, los resultados obtenidos en este asilo de puertas abiertas son muy satisfactorios: la proporción de curaciones y de mejoría es mucho mayor que la que se observa en los asilos cerrados de las ciudades. La salud general, es igualmente, mejor porque las condiciones higiénicas son más favorables, el bienestar moral de los enfermos es asimismo infinitamente más grande, pues, fuera de las comodidades que disfrutan, no se sienten propiamente encerrados, desde que disponen de grandes espacios abiertos y pueden circular con libertad. Y no hay que temer de que, haciendo uso de ella, sobrevengan accidentes graves que comprometan el orden y la disciplina de los establecimientos, pues los enfermos que, por su estado mental, pudieran dar lugar a esos accidentes, se hallan cuidadosamente observados en las secciones que les están destinadas.
Las evasiones no son frecuentes, como pudiera creerse, porque independientemente de que se ejercita tanta vigilancia, los enfermeros se hallan tan bien tratados, que no sienten deseos de fugarse, al revés de lo que sucede en los asilos cerrados, donde se encuentran, realmente, como en una prisión y hacen todo lo posible por liberarse de ella consiguiendolo amenudo.
Economicamente considerados, los asilos colonias son más baratos que los urbanos, tanto en sus construcciones como en su funcionamiento. La edificacion es más sencilla y menor es el costo del terreno. Además, el producto del trabajo de los enfermos contribuye, grandemente, al sostenimiento de los asilos.
IV
Para dar una idea más completa de la constitución material y del régimen interno de estos establecimientos, paréceme oportuno describir, aunque sea rápidamente, la Colonia Nacional de Alienados de Luján, y proyecta algunas fotografías de ella.
Se levanta ese asilo en un terreno de seiscientas hectáreas, alto, fértil y ondulado, próximo a dos líneas de ferrocarril y a 67 kilómetros al oeste de la ciudad de Buenos Aires. Un ferrocarril de trocha angosta, sistema Koppel, liga el establecimiento a la estación de Open Door, de la linea del Pacífico. Está dividido el asilo en dos secciones principales, separadas por una avenida de treinta metros de ancho: el asilo central y la colonia propiamente dicha. El primero se h alla des tinado al tratamiento de las formas agudas de locura, o de los episodios de este carácter que aparecen en el curso de las psicopatías crónicas, al de los padecimientos intercurrentes, al de los debilitados, y al de cualquier caso que exija una vigilancia constante.
Los pabellones que constituyen el asilo central tienen, esteriormente, la misma forma sencilla y elgante de los de la colonia; pero poseen la diferenciación interior apropiada al tratamiento de los enfermos que deben alojar.
La parte de la colonia está destinada a los enfermos tanquilos, inofensivos, trabajadores, y a los convalecientes. Los chalets están separados, porl o menos, cincuenta metros unos de otros; y se hallan ubicados en orden disperso y rodeados de jardines. Se componen de dos pisos, encontrándose en la planta baja, los comedores, las salas de reunión, y los servicios sanitarios y en la planta alta, los dormitorios, la ropería, y también los servicios sanitarios. Todos los chalés poseen amplias galerías exteriores a la vez que corredores interiores. Tienen capacidad para sesenta enfermos, siendo hoy la población de mil alienados, y una vez terminadas las construcciones habrá capacidad para mil cuatrocientos.
En medio de la colonia se encuentran el pabellón de la Administración, la cocina, la casa de máquinas, la torre de agua, los talleres y el lavadero. Un poco separados de este grupo de edificios estan: la capilla, el teatro y el pabellón de hidroterapia. Mucho más distante, en las afueras de este pequeño pueblo, se hallan: la lechería, el criadero de aves, el de cerdo, las caballerizas, etc. Además, en distintos puntos de la colonia, hay varios chalés destinados al director del asilo, a los médicos internos y a otros empleados. Rodeando todos los edificios, se encuentran los campos de cultivo, con una superficie de quinientas hectáreas.
El establecimiento no tiene muros que lo circunden, de suerte que realiza perfectamente el tipo de asilo de puertas abiertas. Ha recibido, durante los ocho años que lleva de funcionamiento, 1625 alienados, procedentes, en su casi totalidad, del Hospicio de las Mercedes. De estos han salido curados, 20%; mejorados, 18%; fallecidos, 3%; y fugados ½ %. Durante los primeros años, los insanos asistidoseran, en gran parte, alienados tranquilos, y cróniocos ; y solamente, después que se construyeron las villas de clinoterapia se recibieron gran cantidad de casos agudos. Así se explica que el porcentaje de curaciones y de mejorías no haya sido más elevado. Esto, no obstante, las cifras citadas son muy halagueñas, y demuestran la bondad del sistema empleado.
Los resultados económicos han sido muy satisfactorios. El trabajo se halla organizado en grande escala, pues el 90% de la población se ocupa en las más variadas tareas.
Desde agosto de 1901 hasta diciembre de 1908, es decir, durante siete años y medio, el rendimiento obtenido es el siguiente: producido nominal, $971.096,60 m/n y en efectivo $95.133,44 m/n. Por más que aparezca como nominal, la elevada cifra citada representa, sin embargo, un rendimiento efectivo, pues es lo economizado por el Estado, mediante el trabajo de los insanos. Para valorar lo que éste importa, se tiene en cuenta lo que cuesta en el comercio el producto obtenido, o lo que se paga por la mano de obra de un operario cuerdo, y lo que vale el establecimiento eso mismo, realizado por los alienados. La diferencia que resulta representa un beneficio muy grande para el eradio nacional.
Como una justa compensación y como un estímulo, se halla establecido el peculio de salida, que asegura una pequeña recompensa, en dinero, a todos los alienados trabajadores, con lo cual están en condiciones de subvenir a sus primeras necesidades, una vez que han salido del establecimiento.
V
Resumiendo, pues, nuestra opinión, sobre la importancia del tratamiento libre de los alienados, llevados a cabo en los asilos colonia, diremos que él está completamente de acuerdo con la naturaleza de los enfermos mentales, cualesquiera que sean sus formas y períodos, y permite así aplicar una terapéutica nacional, a la vez que proporciona a los alienados un bienestar moral y material más grande que el que pueden gozar en los asilos urbanos. Estos, por consiguiente, ya no deben servir, en adelante, para la asistencia del mayor número de los alienados; y sí, solamente, para el tratamiento de urgencia y como centros de enseñanza clínica de la psiquiatría.
Mi interés por la historia de mi pueblo surge a partir del año 2001, cuando comencé a editar una revista llamada "tiempo de Open Door", luego siguieron mis libros, algunos de ellos misceláneas dedicadas a mi pueblo y a mi gente. En este Blogger depositaré todo aquello que seguirá escribiendo como el opendoorense que sigue contando la historia que merece ser contada. Ya que es una Gran Historia que nace a través de su fundador el Doctor Domingo Cabred.
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